Cuando era
pequeña, nadie me entendía, más o menos como ahora, pero no me importa.
Mi nombre es
Emelinda, -aunque todos me llaman de una forma cariñosamente falsa, Lind-,
actualmente tengo 36 años, y soy psicóloga, y ejercía de ello hasta que me
encerraron en este maldito manicomio.
A la edad de 5
años empezó a despertarse mi vena artística, y empecé a dibujar cosas
diferentes a las que dibujaban el resto de los niños. Cosas como cerebros, notas
musicales y lo que nunca fallaba eran las sogas. Cuando iba a parvulario
trabajaba aparte del resto de la clase, con hojas de niveles superiores a los que me
correspondían, una niña inteligente, sí.
Mi padre había
fallecido un año antes, se suicidó y siempre he pensado que tuve parte de culpa
por ser una niña tan diferente, pero no me importaba, estoy a favor del suicidio . Así que
vivíamos mi madre y yo en aquella inmensa mansión en medio del campo. Mi madre
era una mujer apagada, desde
la muerte de mi padre, aunque ya lo era antes de este hecho. Era una mujer
sumisa y siempre hacía lo que papá le decía. Incluso escuché algunas noches
como la obligaba a tener sexo sin apetecerle. Aún así ella
terriblemente enamorada de él, ciega, hacía todo lo que le pedía. Después de su
muerte seguía enamorada de él, lo necesitaba para respirar. Finalmente, se
suicidó cuando yo tenía 19 años y estaba en mi primer curso en la facultad.-Mamá, morirás de amor-le
dije a la edad de 11 años- y así fue.
Seguí mi vida
yo sola en esa mansión tanantigua
y recargada. Se me quedaba muy grande pero se podían hacer unas fiestas alucinantes.
Cuando organizaba fiestas se convertía en un paraíso de la droga moderna, del
sexo en colectividad y de la buena música hardcore. Siempre esperaba con
inconsciente ansia que apareciera por allí Jeff, un chico que conocí en la
facultad y siempre venía a mis fiestas, y con el cual tenía sexo . Lo hacía tan
bien que creo que me enamoré de él. Si nos veíamos por ahí, no mediábamos
palabra pero en mis fiestas siempre había sexo y conversaciones muy interesantes.
Parecía una persona diferente del día a la noche. Hasta
que organicé una falsa fiesta a la que solo asistiría él y intentaría
cautivarle y seducirle de verdad.
Una vez pasada una
noche desenfrenada en todos los aspectos, le invité a mi cama hasta que se le
pasara el efecto de todas las sustancias nocivas que habíamos tomado. Mientras
dormía plácidamente como un ángel, intentando dejar de observarle me puse a
organizar el plan de “el enamoramiento de Jeff”. Cerré cualquier posible vía de
escape de la mansión y lo até a la cama, cuando despertó gritaba, aún no sé por qué, yo solo quería
que Jeff fuese mío. Le arranqué la ropa y le hice el amor varias veces, no le
hacía mucha gracia verse atado. Aún así , le
parecía un juego. A cada segundo que pasaba, sentía que me estaba enamorando
más y más de Jeff . Esto se me
iba de las manos, si seguía así , yo también moriría de amor. Pero no quería
verlo, solo quería que Jeff estuviese a mi lado el resto de mis días, ese chico
rubio de ojos azules, me había cautivado como pensaba que nadie sería capaz de
hacerlo nunca. Siempre me he creído autosuficiente y ahora aparecía ély me robaba el
corazón. Mi cerebro no era capaz de procesar esa información, y sin embargo,
era real. Pasó tres días atado a mi cama y alimentándose de la comida que le
traía a la cama, como un verdadero rey, debería de estar muy feliz. Hasta que un día mientras me
duchaba escuché un cristal romperse y cuando pude salir vi el coche de Jeff a
lo lejos, marcharse. A los pocos minutos vino la policía y aquí estoy,
escribiendo la crónica de mi maravillosa vida, arruinada dentro de la celda de
un manicomio, todo por amor.
Cuando me
encontréis colgada con la correa de mi compañera de celda, no os asustéis,
porqué desde el
principio supe que ese sentimiento que sentía por Jeff, algo tan fuerte, me iba
a llevar a morirme de amor. Quizás mamá y yo no fuimos tan diferentes, ahora sé
que nos entendíamos.
Realmente una historia autentica. Es un relato que te anima a continuar. Una cosa que he visto que tiene mucho merito es que te diga el final, que acabe en el manicomio, y aun así te despierte el interés para seguir leyendo. Se nota que estaba bien pensada. Es atrevida y te hace razonar. Me ha gustado de verdad.
ResponEliminaEs una historia desgarradora, real, sincera. Es realmente impactante. Refleja puros sentimientos, ni más ni menos. Me ha gustado sobretodo porque es atrevida, ya que la gente no suele escribir sobre temas así. Tiene una buena redacción y un vocabulario bueno.
ResponEliminaEste texto parece descubrir la intensidad de unos pensamientos pesimistas más allá de los que podrían ver a simple vista. Si nos ponemos a analizar, todo lo ocurrido es un agujero oscuro interminable, hasta que nos dice que lo más seguro es su suicidio. La historia está muy bien relatada, aunque no es mucho de mi agrado tanto pesimismo, pero es curioso, engancha. Es una historia surrealista, sobrecargada.. se podría interpretar una burla con tanta exageración. Me parece una buena historia y con pocas faltas ortográficas.
ResponEliminaEn algún momento llego a pensar también en una burla, Sandra, en la parodia de un personaje recargado y excesivamente seguro de sí mismo. Creo que Ángela juega con la ambigüedad de ese personaje.
ResponEliminaLa historia me parece, en verdad, fabulosa. Me gusta que Lind crea que repite la historia de su madre; a mí me parece que ni por asomo, que la suya es otra elección muy diferente.