dijous, 27 d’octubre del 2011

El efecto de las drogas.





Esta es mi historia, yo era un chico tan normal como otros niños de esta jodida sociedad, era un chico que había superado la barrera del fracaso escolar , entre otras cosas porque me había sacado el graduado escolar y además con buena nota que ya es pedir mucho tal como esta la juventud de hoy en día, y además si vives en un barrios marginal tal como yo vivía , concretamente en el barrio de los Banderilleros (Sevilla). Actualmente cursaba segundo de bachillerato, era el segundo trimestre y se incorporo un chico nuevo a nuestra aula, concretamente la de humanidades. Ese chico era un poco raro, con el pelo largo, pendientes y cosas de esas y con un olor a la hierba de la risa más conocida como Marihuana. En poco tiempo nos hicimos muy amigos lo compartíamos todo; desde el bolígrafo Bic asta los canutos, si habéis leído bien los canutos, los malditos canutos. Parece mentira que un chico tan ejemplar como lo era jo fumara canutos, pero este tipejo apodado el Moñas me destrozo la vida. Caí en un mundo rodeado de drogas, sexo y alcohol. Al salir de las clases el Moñas y yo nos íbamos a su casa el la cual sus padres no estaban, porque estarían trabajando y si trabajaban, bueno el caso es que le pillábamos medio gramillo de cocaína al camello del barrio, i nos sumergíamos en una tarde se drogas y sexo, si sexo porqué contratábamos el servicio de unas señoritas de compañía mas conocidas como putas.

El caso es que abandone los estudios y cuando me quise dar cuenta estaba en un callejón sin salida, un buen día ya nose si era del colocon o de las pocas neuronas que me quedaban me creía que era Popeye y tenia una novia como Olivia, bueno no era Olivia pero era una yonqui i del barrio llamada la Jenny. El caso es que fui a la tienda de disfraces y con el dinero que recogí pidiendo limosna a la puerta de la iglesia de san Felipe compre un disfraz de Popeye. Lo llevaba siempre a todas horas pero notava que faltaba algo para ser un verdadero Popeye, una pipa una buena pipa, lo tenia muy claro buscar una pipa. No dormí buscando la dicha pipa, cuando salio el sol vi a un anciano sentado en un banco y fumando una pipa con tabaco. No lo pensé dos veces y actúe iva a robar la dicha pipa. Cuando estaba dispuesto a actuar me resbalé con la corteza de un plátano echada vulgarmente en el suelo y al aterrizar me partí un brazo, el anciano muy preocupado por mi salud fue en mi auxilio, llamo al 112 y podíamos decir que me salvo la vida. Estaré eternamente agradecido de su acción.

2 comentaris:

  1. Buena historia Joan, relata la vida de algún que otro joven español.
    Creo que podrías mejor bastante la ortografía. No mezcles el valenciano y el castellano, pon comas cuando se necesiten y busca sinónimos.
    Por lo demás, no está mal..

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  2. Coincido con María en la valoración ortográfica. Por lo que respecta a la historia, me parece que un simple resbalón no suele acabar con la carrera tóxica de un joven.
    Me gustan la imaginación que le has echado, los nombres que te inventas, las situaciones...

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