dijous, 27 d’octubre del 2011

ANTES DE MORIRSE DE PENA.


Evelina, una niña de 8 años, se encuentra en Rasulpur, una zona del distrito indio de Jaipur. Con la mirada, recorre todo el horizonte, al menos hasta donde el agua le deja ver. El paisaje no es nada bonito, sino todo lo contrario, completamente devastador. Donde antes había unas flores blancas, con árboles, jardines, casas, etc… ahora es todo agua de las fuertes lluvias que han pasado por allí. Evelina conocía desde pequeña todo esto, y ahora ya no puede acordarse de dónde vivían sus amigos, ni su familia, ni nadie. Aunque se cansa de ir y venir con los ojos, lo vuelve a hacer cómo una distracción en esa bochornosa tarde de frío. Sentada como está en la única sillita que le queda, apoya los codos sobre sus rodillas, se tapa la cara con ambas manos y comienza a pensar en el que vendrá después. El color moreno de su piel se hace aún más oscuro en los nudillos y resalta las uñas blancas de sus largos dedos. Tiene la piel suave pese a los duros trabajos que ha hecho desde niña y un aspecto bastante delicado.

Se pone encima de su sillita i vuelve a observar, con la suerte de encontrar a personas tiradas en el suelo. Como puede, se acerca a ellos y se da cuenta de que son su madre, su abuelo y algunos chicos que no conocía, pero parecían jóvenes, y se pensaba que estaban dormidos. Cuando está a su lado, observa que más que estar dormidos, parecen desmayados. No quiere acercarse mucho, porque les sale de la boca una especie de baba, i tienen moscas a su alrededor.

No les hace nada, porque no quiere despertarlos, piensa que están en un sueño, y no quiere estropearlo. Ella también quisiera, pero no podría dormirse en esas circunstancias.

Vuelve a su querida sillita, porque es la única cosa y la única esperanza que tiene por el momento. Allí sentada, pasan las horas y se está haciendo cada vez más oscuro. No tiene ropa limpia, ni un cobertizo dónde pasar la noche, así que decide quedarse dónde está para ver si al día siguiente alguien la encuentra.

Pasó la noche y por allí no había visto a nadie hasta que oyó unos ruidos, eran hombres que iban buscando supervivientes. Ella que los vio, comenzó a gritar muy fuerte. Al principio no oían nada, pero después, fueron corriendo a por ella y la salvaron. La trajeron a España, y una familia, después de varios años de Evelina estar en un sitio de acogida, la acogió. Era una familia que ya tenían otra niña más mayor que ella, de 11 años. Evelina se lo pasaba en grande jugando con ella, iba al colegio, tenía amigas y amigos con los que jugar, y sus padres de acogida la trataban cómo a una reina.

2 comentaris:

  1. Me parece una historia muy bonita, aunque un poco triste, porque esta historia actualmente está ocurriendo a muchos niños en la realidad, salvo que Evelina tuvo un final feliz.

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  2. Vemos demasiadas veces tragedias como las que relatas, Neus. Puede que algún día el hombre le dedique el tiempo y los medios necesarios a cuidar mejor a sus semejantes.

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