Aquí tenéis un espacio para publicar lo que queráis. Será un libro continuamente abierto en el que escribiréis aquello que os pida en clase pero también cualquier cuento, artículo, canción o poema propio que queráis compartir. Utilizadlo libremente.
dijous, 27 d’octubre del 2011
Era el mes de agosto de 2010, cuando se realizó el XVII campeonato europeo de voley playa femenino. Este campeonato tuvo lugar en Berlín (Alemania), entre los días 11 y 15 de agosto. Los equipos que se presentaron para disputar este campeonato fueron:
Alemania, China, Japón, Filipinas, Italia, Brasil, Países Bajos y España.
Era el día 28 de julio cuando la organización decidió publicar los grupos qe habían hecho. El primer grupo estaba compuesto por Alemania, Países Bajos, Japón y Brasil, por lo cual en el segundo grupo quedaron España, Italia, Filipinas y China.
Quedaba una semana para empezar el gran campeonato que gran parte del mundo esperaba y todos los equipos ya habían empezado su concentración en distintos hoteles de la ciudad de Berlín.
Llegó el día oficial del campeonto, ese 11 de agosto, un mes que para uno de estos 8 equipos sería un mes inolvidable, ya que con solo 5 días iban a proclamarse campeonas del mundo. El 11 de agosto por la mañana se disputaron los partidos entre Alemania y los Países Bajos, dónde las alemanas pudieron vencer con gran facilidad, por parte del primer grupo, y por parte del segundo grupo jugaron Italia frente a Filipinas, dónde las que salieron ganando fueron las Filipínas. Por la tarde se disputaron los otros dos partidos que quedaban: el de Japón frente a Brasil dónde ganaron las brasileñas y el de España frente a China dónde ganaron las españolas.
Eran los primeros partidos y ahí era donde empezaba a verse los equipos que serían candidatos a llegar a la gran final. Durante los días 12 y 13 de agosto siguieron midiéndose los equipos, los grupos estaban formados por 4 equipos pero de esos 4 solo pasaban los dos primeros de cada grupo.
En el primer grupo pasaron las alemanas y las brasileñas, en el segundo las dos mejores fueron las españolas y las filipinas. Llegó el día 14, y se disputaron dos partidos más, para ver quienes serían las dos grandes finalistas de uno de los campeonatos más esperados del año. Primero se enfrentaron dos grandes equipos como son Brasil y España, dónde las españolas estuvieron todo el partido por delante de las brasileñas y al final consiguieron una grandísima victoria que las llevaría a jugar la final tan esperada. Y luego se disputó el otro partido que quedaba el de Alemania y Filipinas, donde las alemanas salieron vencedoras.
Era el día 14 por la noche, cuando ya estaba claro que se acercaba el gran día, ese domingo 15 de agosto que o bien para las alemanas o bien para las españolas sería un gran día.
Quedaban 4 equipos, dos de ellos, filipinas y brasileñas se enfrentarían el día 15 por la mañana, así que no alargaron mucho la noche antes de la semifinal y se fueron a dormir, pero las alemanas y españolas disputarían el partido por la tarde y alargaron la noche hasta las 2 observando videos de partidos jugados de cada uno de los equipos...
Llegó el día, por la mañana, a las 11 se enfrentaron filipinas y brasileñas, que disputaron tercer y cuarto puesto, ganaron las filipinas. A las 16 horas se disputaba el gran partido...ese partido esperado por todo ciudadano alemán o español...
Empezáron ganando las alemanas el primer set con un resultado de 21-17, las españolas no perdieron las esperanzas, aún quedaba un set para poder empatar 1-1 y así hacer que se disputara un tercer ser para ver quien sería el equipo vencedor. Y así fué las españolas con gran decisión empezaron a jugar y ganaron ese set por 12-21, un set que les motivó bastante y hizo que fueran a jugar el desempate con gran decisión. El último set empezó con nervios en los dos equipo, iba bastante igualado todo el rato, pero este set no era como los jugados anteriormente ya que la diferencia de este era que jugaban a menos puntos.
El set iba encabezado por las españolas, iban ganando 13-14, si lograban ese punto, podían llegar a ser las campeonas.
Todo estaba en las manos de la jugadora española Diana, una joven de 19 años. Si hacía ese último punto, España sería campeona en el mundo del voley femenino, sinó, tendrían que seguir jugando para conseguir ese gran sueño por el que disputaban.
Diana antes de hacer ese saque se concentró como nunca, cogió aire y se puso en su sitio de saque para realizarlo, en ese momento pensó que si el saque le salía perfecto ella y su compañera Natalia se convertirían en las jugadoras más jóvenes en ganar un campeonato así, y así fue dio un salto con todas sus fuerzas, mientras lanzaba el balón arriba para golpearlo y hacer el punto deseado por cualquier jugadora para lograr ese campeonato de voley...
Maria Pons
1BAT-A
La guerra
Me llamo Fer soy un periodista español y me encuentro en Sierra Leona (África) y no estoy de vacaciones precisamente sino secuestrado.
Soy periodista de El País y mi jefe me mandó aquí para hacer un reportaje sobre la guerra civil de sierra Leona. Al principio no me parecía una buena idea pero mi jefe me dijo que eso supondría un plus para mi carrera periodística, así que acepté.
Cuando llegamos un compañero llamado Jose y yo a Sierra Leona, nos explicaron que el conflicto era entre el Gobierno y los rebeldes. Estos amenazaban a la población y a la democracia. A los prisioneros que cogían o los hacían trabajar en las minas de diamantes o los mataban. Nuestra misión era estar cerca del conflicto, es decir, cerca de los enfrentamientos entre los dos bandos y filmar, hacer fotos…
A los dos meses de estar allí, cuando estábamos filmando en medio de un enfrentamiento, se acercó un coche con milicianos rebeldes. Bajaron del coche sacaron las armas y lo ultimo que recuerdo es que me dieron un fuerte golpe en la nuca con la culata de una AK-47. Nos secuestraron para pedir un rescate y con el dinero del rescate poder comprar armamento. Me desperté al lado de mi compañero José, asustado, en una cabaña hecha de bambú. De repente entraron dos rebeldes armados y nos sacaron a empujones. Nos llevaron hasta un hombre que parecía ser el jefe y nos empezó a hablar en una lengua que desconocíamos. Entonces yo le dije a aquel hombre que éramos periodistas españoles, que solo veníamos a hacer un reportaje. Y el hombre dijo algo y los dos rebeldes afortunadamente nos llevaron a la mina donde nos pusieron a trabajar. Para comer nos daban pan y agua.
Me entristecía mucho ver cómo los rebeldes enseñaban a los niños a matar gente, era espantoso, inhumano. Ponían a las personas a lo largo de una pared y obligaban a los niños que disparasen sus armas.
Ahora estoy aquí escribiendo esto en una cabaña de bambú donde nos tienen encerrados. Han pasado cinco meses y en lo único que pienso es en volver a casa junto a mi novia y abrazarla y besarla… y escapar de este infierno. Espero que pase algún milagro y pueda salir de aquí sano y a salvo con mi compañero José.
Niño soldado
Vladímir Semiónov és un soldado que acaba de terminar el adiestramiento militar obligatorio y acaba de ser destinado a la Russkaya Osvoboditelnaya Narodnaya Armiya (RONA) o Ejército de Nacional Ruso de Liberación al mando del Brigadeführer Bronislav Kaminski, inicialmente dedicados a cazar partisanos. La mayoría son ex-prisioneros o niños rusos los cuales han sido raptados por los nazis, como es el caso de nuestro protagonista, la mayoría eran cosacos, calmucos y azerbaiyanos y sólo unos pocos eran ucranianos o bielorrusos. La RONA está realizando varias operaciones de limpieza contra los partisanos en Orel y Bielorrusia y luego contra el Ejército Rojo en Siewsk-Dmitrowsk.
Es agosto de 1943, al irse retirando el frente alemán, hacia el oeste, cuando la RONA se establece en Lepel, Bielorrusia, llevando consigo a 50.000 refugiados civiles. La deserción de la brigada ha aumentado considerablemente, y toda la formación esta cerca de la desintegración. Cuando el comandante del Second Regiment el General Tarasovha decidido unirse a los partisanos con todo el regimiento (que se le ofreció una amnistía si su regimiento entero se une a los partisanos), Kaminski vuela a su cuartel general y de acuerdo a una cuerda, lo estrangula y otros 8 en frente de sus hombres. Vladimir está quedando se mal psicológicamente, a causa de la brutalidades que ha estado viviendo en los últimos dos años en la guerra sus compañeros que estaban la mayor parte del tiempo ebrios, se preocupan en saquear y violar, más que cumplir con la misión que les encomiendan y su ídolo, su mentor, el propio Kaminski, está participando del saqueo diciendo que estaba recaudando fondos para la liberación de Rusia. Son tres meses de tiros bombardeos, traiciones y pérdidas. Al comienzo de octubre de 1943 la brigada ha perdido 2 / 3 del número de personal que al mismo tiempo tiene en su poder 12 tanques (8 de ellas son T-34), uno de 122 mm, 3 - 76 mm y 8 mm de 45 sistemas de artillería, pero han conseguido capturar al Capitán de Lepel del Ejército Rojo. Un día estando Vladimir en el de puesto vigía, es capturado por uno de sus compañeros, que le dijo que lo acompañara a un bar cerca para hablar con su primo, Vladimir se resiste, pero la insistencia de su compañero es tanta que decide acompañarle. Al llegar al bar, Vladimir conoce al primo de su compañero que extrañamente iba cubierto con capa. Después de dos botellas de vodka, Vladimir nota algo frío por su espalda, era el cañón de una Makarov, pistola exclusiva del Ejército Ruso, y el “primo” le dice que se levante lentamente sin hacer movimientos bruscos, Vladimir intenta levantarse rápidamente i dispararle con su pistola, pero su compañero le destroza el taburete del bar en la espalda y cae inconsciente en casa. Los dos meses siguientes los pasaría en una celda fría y húmeda, donde sería torturado y mal alimentado. Nunca olvidaría el día que le sacaron de aquella celda y le llevaron a su campamento ya que su ex compañero había sido capturado por Kaminski e iba a ser un canje.
En 1944, aumentaron las deserciones en el RONA, debido a los éxitos del Ejército Rojo. En septiembre de ese año están intentando hacer una incursión en el Cuartel General del Ejército Rojo, y su objetivo era capturar al General de este cuartel. Es una misión relativamente fácil para una brigada como la suya, unos fuerzas especiales. Han llegado al cuartel y ya están dentro del cuartel, pero de repente se oye un estrepitoso sonido de un subfusil, un AK47, una de sus propias armas, y nota un mordisco y una sensación de calor y después mucho frío. Kaminski les había traicionado y les había matados a todos, después de estos hace detonar todo el polvorín del cuartel no dejando a ningún ser vivo en un radio de 2 quilómetros.
LA ESTATUA DE GUMÍ
El armario

Cici era una muchacha jovencita que de pequeña ella quería dedicarse a la moda. Su tía era diseñadora y muchos veranos se los pasaba con ella para poder enseñarse a diseñas trajes complementos y zapatos. Su tía viva en Paris y una verano cuando termina sus estudios se fue a pasar una temporada, al llegar no sabía por dónde ir y un chico muy majo la llevo a la tienda nada más llegar vio como la tienda estaba hecha un desastre todo dentro de cajas, de pronto apareció su tía y le dijo que iba a cerrar la tienda porque había una nueva competencia y ya no vendía tanto y decidió no volver a diseñar. Lo que verdaderamente ocurría que la nueva diseñadora llamada Jacinta por las noches entraba a su tienda y cogía sus diseños y los hacía para la gente más joven. Solo quedaba un mes para que su tía cerrara definitivamente la tienda y quitando todos los trastos se dieron cuenta que había un armario pero nadie sabía que hacia allí, abrió el armario y de allí salieron tres hadas pequeñas. Ellas le ayudaron a hacer nuevos vestidos para la semana de la moda en Paris. Primero hicieron uno y lo metieron en el armario, al cavo de un rato lo volvió a abrir y allí estaba pero más reluciente y mas colorido, al ponerlo en el escaparate una mujer en inmediato lo compro y hicieron una colección. Jacinta al darse cuenta una noche entro otra vez en la tienda para ver lo que estaba pasando, vía a les tres hadas las cogió y las secuestros las obligo a hacer su ropa mas bonita pero las obligaron y si obligaban a hacer magia al final no se cumpliría y los trajes se volvieron horribles. Cici al ver que no estaban las busco pero el gato que tenia tu tía la vio como se las llevaba así que condujo a Cici hasta donde estaban pero la mala de Jacinta la descubrió y la encerró a ella para que no dijese nada porque ese mismo día era el desfile pero de pronto apareció Max y la pudo salvar, se fueron directos al desfile. La colección de Jacinta ya había comenzado y todos sus vestidos eran un desastre, salieron a tomatazos. A la hora de Cici las tres hadas decoraron todo el salón i quedo muy bonito, al final de desfile salió Cici con un magnifico vestido. Al acabar con todos los vestidos vendidos las hadas se marcharon de nuevo al armario hasta que otra vez de verdad las necesite, su tía no vendió la tienda y al final lanzaron un catillo de fuegos artificiales.
El camino de mi felicidad.

Desde que nací que no sé nada de mis padres, yo vivía con mi abuela, y estaba tratado de una forma diferente a los demás, claro sin mis padres, sin unos padres que te digan lo que les importas y que te den ese amor.
Claro tenia a mi queridísima abuela, pero no es lo mismo. Todos los días salíamos al recreo y yo siempre solo, solo con mis pensamientos, pensamientos de tristeza, pensamientos de dolor…
Cuando entrábamos a clase todos juntos se apartaban de mi como si tuviera algo raro, algo como la peste, que decían ellos, pero eso ahora ya no importa, porque también tuve algunos momentos felices.
Un día estando solo en el patio, sentía que alguien se acercaba a mí cuando levanté la cabeza, era una preciosa niña que con solo su mirada me enamoró. Ella era la única persona que me hacía sentirme bien conmigo mismo. Al paso de los años, María y yo, estábamos juntos, era una persona que me hizo tan feliz en aquel momento, era esa agua fresca que necesitaba, era la flecha que cambió mi rumbo, lo era todo para mí.
Cuando creces te das cuenta de que los niños han sido y son muy cruelos con la otra gente que tienen alguna dificultad debida o que sea diferente a los demás, no son conscientes del daño que pueden provocar.
Y no hay nunca un porque para un recuerdo, llega de repente así, sin pedir permiso. Y nunca sabes cuándo se marchará. Lo único que sabes es que lamentablemente volverá. Aunque por lo general son instantes. Y ahora sé cómo hacerlo. Basta con no detenerse demasiado. En cuanto llega el recuerdo, hay que alejarse rápidamente, hacerlo en seguida, sin miramientos, sin jugar con él.Sin hacerse daño…Ahora ya ha pasado. La nieve se ha deshecho del todo.
Ahora por eso soy muy feliz con mi mujer y con mis hijos y por tanto daré todo ese amor que a mi no me dieron desde un principio.
Esta es mi historia, yo era un chico tan normal como otros niños de esta jodida sociedad, era un chico que había superado la barrera del fracaso escolar , entre otras cosas porque me había sacado el graduado escolar y además con buena nota que ya es pedir mucho tal como esta la juventud de hoy en día, y además si vives en un barrios marginal tal como yo vivía , concretamente en el barrio de los Banderilleros (Sevilla). Actualmente cursaba segundo de bachillerato, era el segundo trimestre y se incorporo un chico nuevo a nuestra aula, concretamente la de humanidades. Ese chico era un poco raro, con el pelo largo, pendientes y cosas de esas y con un olor a la hierba de la risa más conocida como Marihuana. En poco tiempo nos hicimos muy amigos lo compartíamos todo; desde el bolígrafo Bic asta los canutos, si habéis leído bien los canutos, los malditos canutos. Parece mentira que un chico tan ejemplar como lo era jo fumara canutos, pero este tipejo apodado el Moñas me destrozo la vida. Caí en un mundo rodeado de drogas, sexo y alcohol. Al salir de las clases el Moñas y yo nos íbamos a su casa el la cual sus padres no estaban, porque estarían trabajando y si trabajaban, bueno el caso es que le pillábamos medio gramillo de cocaína al camello del barrio, i nos sumergíamos en una tarde se drogas y sexo, si sexo porqué contratábamos el servicio de unas señoritas de compañía mas conocidas como putas.
El caso es que abandone los estudios y cuando me quise dar cuenta estaba en un callejón sin salida, un buen día ya nose si era del colocon o de las pocas neuronas que me quedaban me creía que era Popeye y tenia una novia como Olivia, bueno no era Olivia pero era una yonqui i del barrio llamada

Como un día mas, a las ocho me levanto para ir al colegio. Me visto, desayuno, cojo la mochila y me voy. Para ir de mi casa a la parada de autobuses, tengo que cruzar dos calles y como de costumbre siempre llego tarde, porque me entretengo viendo los escaparates de las tiendas. De paso mi mejor amiga se viene conmigo. Cuando llegamos, el conductor siempre esta cerrando las puertas y las tiene que volver a abrir para que subamos nosotras. Siempre le digo a mi madre que de mayor quiero ser actriz y ella siempre me dice que lo primero es estudiar y sacarme una carrera. Mi amiga vive con su abuela, porque sus padres murieron en un accidente de coche cuando era pequeña. Todas las tardes cuando salimos del colegio, mi amiga y yo nos vamos a mi casa. Subimos a la andana porque mi madre, guarda un baúl lleno de ropa vieja, zapatos, pamelas... Nos vestimos con lo que mas nos gusta e imitamos a actrices famosas. Leí en una revista que iban a hacer una prueba para un anuncio en un teatro no muy lejos de donde vivíamos nosotras. Le dije a mi amiga si quería que nos presentáramos y enseguida me dijo que si. Por la noche cenando, se lo dije a mi madre y me dijo que no nos cogerían para hacer el anuncio, porque habría muchas niñas mas. Mi amiga y yo decidimos ir sin que lo supiera nadie. Cuando llegamos el organizador, nos dio las dos frases que teníamos que decir y por turnos fuimos diciéndolas unas veinte niñas. Nos dijeron que nos llamarían para decirnos le resultado y así lo hicieron al cabo de un par de días. Mi amiga me llamo para decirme que le habían dicho que no, no era la niña que estaban buscando, pero a mi aun no me habían llamado. Paso una hora desde que hable con mi amiga, cuando sonó el teléfono. Lo cogí y un señor con una voz que daba miedo, me dijo que era jo la seleccionada para hacer el anuncio. Se lo conté corriendo a mi amiga y se alegro mucho por mi. Rodé mi primer anuncio y a partir de ese momento mi vida cambio. Me llamaban de revistas para hacerme entrevistas, rodé unos cuantos anuncios mas y por fin mi primera película. Cuando fui a rodar la película me dijeron que conocería al director, que era una persona muy importante en el mundo del cine. Pero cuando iba a saludarle empezó a caerme por la cara baba de perro y me di cuenta de que estaba soñando. Era mi perro que había entrado en mi habitación. A partir de ese sueño, me di cuenta, de que los sueños pueden hacerse realidad. Porque ese mismo día empezaron a sucederme las cosas de mi sueño. Fui haciendome mayor y decidí irme a Hollywood para hacerme una actriz famosa. Rodé muchas películas con actores y directores de cine muy famosos. Me anunciaron que tenia que dejar la huella de mis zapatos en un teatro donde muchos otros actores ya lo habían hecho. Se lo conté a mi madre y se vino para verme y regalarme unos zapatos muy bonitos, con los que dejar mi huella. Fue con esos zapatos en el teatro Grauman's Chinese, en Hollywood donde deje mi huella.
Ana Blanes Albuixech 1bat A
La esperanza de seguir adelante

Corrían tiempos pacíficos en el Gran Desierto del Sur, cuando de repente algo despertó al poblado Nzuri-Watuu. Nadie podía imaginarse lo que en ese momento sus ojos estaban viendo. La enorme bola de fuego cayó a escasos kilómetros de sus casas.
Mientras quemaba todo lo que se encontraba por el medio de su negro camino y dejaba un fuerte olor a humo en todo el ambiente, cada vez se acercaba más a sus hogares. No podían hacer nada contra ello, sólo correr desesperadamente buscando un lugar seguro en donde refugiarse, pero el tiempo corría más rápido que nunca y la enorme bola de fuego, que aparentemente salió de la nada, se iba acercando con la intención de incinerar a todo el mundo. La gente veía como el cúmulo de fuego arrollaba sus casas y en un momento de gran angustia, cuando la muerte rozaba sus talones, una especie de helicóptero nunca visto, alcanzó a la gente que corría, en una cesta donde la gente cabía muy sobradamente, ya que solamente eran siete familias, mientras la bola pasaba por debajo del helicóptero a una velocidad incalculable.
Todo parecía ir sobre ruedas, pero ahora el fuego no era el problema, el humo no dejaba ver a los pilotos y la gente no podía ver ni tampoco respirar. El helicóptero tuvo que alcanzar una determinada altura para que el humo no fuera molestia y, ahora, su obligación era llevar a la gente a un hospital. El más cercano estaba a un centenar de kilómetros, y allí fue dirigido el helicóptero. La gente no hablaba, estaba en estado de “shock”. Cuando llegaron al mísero hospital, la noticia había puesto el corazón en un puño a todo el mundo. El balance no fue muy positivo, pues solo un cuarto de la población consiguió salvarse de dicha catástrofe.
Unos meses después, se dio a conocer la más esperada noticia: Maku-Buwa, el perdedor de la I Gran Guerra del Desierto, lanzó desde su base un misil en dirección a Nzuri-Watuu para conseguir la desaparición total del poblado.
Catorce años después, el poblado ya se había reconstruido, al igual que sus familias y Nzuri-Watuu, se levantó de un día para otro con unos jeques árabes esperándoles a las puertas de sus casas para concederles más de mil millones de petro-dólares por el hallazgo de una bolsa de petróleo en el subsuelo del pueblo.
Finalmente, hubo dos desenlaces, uno bueno y otro mejor. Mientras que los habitantes de Maku-Buwa fueron encarcelados en una isla sin escapatoria, los de Nzuri-Watu fueron los dueños del Desierto y con muchos billetes y alegría en sus bolsillos.
ANTES DE MORIRSE DE PENA.

Evelina, una niña de 8 años, se encuentra en Rasulpur, una zona del distrito indio de Jaipur. Con la mirada, recorre todo el horizonte, al menos hasta donde el agua le deja ver. El paisaje no es nada bonito, sino todo lo contrario, completamente devastador. Donde antes había unas flores blancas, con árboles, jardines, casas, etc… ahora es todo agua de las fuertes lluvias que han pasado por allí. Evelina conocía desde pequeña todo esto, y ahora ya no puede acordarse de dónde vivían sus amigos, ni su familia, ni nadie. Aunque se cansa de ir y venir con los ojos, lo vuelve a hacer cómo una distracción en esa bochornosa tarde de frío. Sentada como está en la única sillita que le queda, apoya los codos sobre sus rodillas, se tapa la cara con ambas manos y comienza a pensar en el que vendrá después. El color moreno de su piel se hace aún más oscuro en los nudillos y resalta las uñas blancas de sus largos dedos. Tiene la piel suave pese a los duros trabajos que ha hecho desde niña y un aspecto bastante delicado.
Se pone encima de su sillita i vuelve a observar, con la suerte de encontrar a personas tiradas en el suelo. Como puede, se acerca a ellos y se da cuenta de que son su madre, su abuelo y algunos chicos que no conocía, pero parecían jóvenes, y se pensaba que estaban dormidos. Cuando está a su lado, observa que más que estar dormidos, parecen desmayados. No quiere acercarse mucho, porque les sale de la boca una especie de baba, i tienen moscas a su alrededor.
No les hace nada, porque no quiere despertarlos, piensa que están en un sueño, y no quiere estropearlo. Ella también quisiera, pero no podría dormirse en esas circunstancias.
Vuelve a su querida sillita, porque es la única cosa y la única esperanza que tiene por el momento. Allí sentada, pasan las horas y se está haciendo cada vez más oscuro. No tiene ropa limpia, ni un cobertizo dónde pasar la noche, así que decide quedarse dónde está para ver si al día siguiente alguien la encuentra.
Pasó la noche y por allí no había visto a nadie hasta que oyó unos ruidos, eran hombres que iban buscando supervivientes. Ella que los vio, comenzó a gritar muy fuerte. Al principio no oían nada, pero después, fueron corriendo a por ella y la salvaron. La trajeron a España, y una familia, después de varios años de Evelina estar en un sitio de acogida, la acogió. Era una familia que ya tenían otra niña más mayor que ella, de 11 años. Evelina se lo pasaba en grande jugando con ella, iba al colegio, tenía amigas y amigos con los que jugar, y sus padres de acogida la trataban cómo a una reina.
Noche fría por ser Abril.
Corría el mes de Abril, cuarto mes del año en el Calendario Gregoriano, y Marcel estaba en casa, sentado frente el televisor. Era sábado por la noche y Marcel, como todos los sábados del año, pasaba la noche frente al televisor, perdiendo las magnificas horas de su corta vida. Es verdad que no atravesaba su mejor momento de su vida, y asentía con la cabeza mientras leía en la revista el horóscopo diario. Como si todas las brujas del mundo le estuvieran lanzando un conjuro. Su madre había fallecido hacia dos días, un cáncer terminal acabó con ella. Su padre los abandonó cuando se enteró de que Marcel era ya un feto. Con el tema amoroso, no era ningún Casanova, en su vida no había tenido más de tres relaciones amorosas, y ninguna de ellas había cuajado. Por lo que se refiere al trabajo, cobraba no más de ochocientos euros por hacerle unas fotocopias y recados al típico jefe de pacotilla que te mira por encima del hombro, con ánimo de lucro. Marcel esperaba la compañía de Gulliem, su mejor y único amigo. Su incondicional apoyo, le ayudaba a mantenerse a flote, porque Marcel tenía más de cien motivos para cortarse de un tajo las venas.
Mientras tanto, a la otra parte de Barcelona, se encontraba María. María, esa niña soñadora que se había pasado la vida esperando a su príncipe azul, y que poco a poco se había convertido en una chica con las ideas claras y firmes. Sin embargo, justo al contrario, su autoestima vacilaba cada día más en caerse a un pozo sin fondo, puesto que tan sólo había recibido de la vida los malos tratos de su padre y la sumisión de su madre. Su único apoyo era el cariño de su mejor amiga. Pero su padre, un padre de la vieja escuela, cumpliendo las regalas de su dictadura en la casa no dejaba entrar a ningún amigo en la casa, por lo que sus relaciones amorosas se habían convertido en un juego fatal. Montaba debates tensos con su padre para ganarse un respeto dentro de la casa, y para que su padre la dejara ser un poco más liberal.
Pueden llamarlo carma, Dios, el universo, la teoría de la relatividad, el Ying y el Yang, esa fuerza que mueve las cosas...pero ese algo quería que los dos se encontraran en el mismo lugar, a la misma hora, en el bar Esquí. Macel, sentado en un taburete tomándose una caña. María en la mesa de enfrente, rellenando un crucigrama. De repente, sus miradas se cruzaron, y se paralizaron durante unos infinitos 3 segundos. Él sintió una sensación nueva, extraña, mariposas en el estómago. Ella notó que podía volar, que era inmortal, que por un momento había visto deambular a la felicidad ante sus ojos. Pero ninguno se arriesgaba a fracasar, no encontraban las palabras, nadie quería saltar sin redes que aseguraran un aterrizaje limpio. Él la quería sacar a bailar, ella se lo quería llevar a casa. Ella le susurró al oído, es noche fría por ser abril, y escaparon los dos juntos de esta ciudad tan rara, y la noche fue tan larga... Tendrían hijos bien fuertes y una casa con balcón.
Tan pequeño como quieras ser.
Todos los días nuestro protagonista se levantaba con el mismo pensamiento, y, aunque le gustaba su trabajo, se lo hacían aborrecer, claro, con esa "manía" que tenía de sentirse tan pequeñito, todo el mundo abusaba de él como quería, que si Luis hazme esto, que si Luis tráeme eso, y nuestro pobre Luis acababa muy cansado su jornada del día. Aparte estaban los típicos "graciosillos" del trabajo, que eran cansinos, pero cansinos como ellos solamente sabían serlo: se metían con él todos los días y siempre que podían, le dejaban en evidencia delante del resto de los compañeros, riéndose a carcajadas y dándole palmaditas en el cuello, como si de un chaval se tratase.
Un día, llegó al trabajo y, como siempre, se fue al vestuario a cambiarse de ropa y ponerse su mono azul marino con sus botas de seguridad, pero, para la sorpresa de éste, notó que las botas le apretaban un poco el pie. Aunque le sorprendió bastante, terminó de cambiarse y continuó su rutina, la misma gente y sus mismas bromas, las mismas caras, el mismo sentimiento de inferioridad y a casa. Al día siguiente, cuando fue a cambiarse al vestuario, notó que sus botas, le apretaban un poco más que el día anterior,y al día siguiente lo mismo, cada vez le apretaban más las botas, y cada vez lo iba notando más y más. Entonces, empezó a preguntarse disparates que cada vez le parecían más lógicos: estaba creciendo, a pesar de su edad.
Una semana después, Luis comprobó que, efectivamente, sus zapatos ya casi ni le entraban y esto le hizo sentirse grande, tan grande como un gigante observa como hormigas a las personas, como si pudiese, con sus pies, aplastar todo aquello que viese, se sentía tan grande que podía alcanzar a los demás e incluso, superarlos. Entonces salió del vestuario, con una visión diferente a la normal, le empezaron a pedir favores y tuvo el valor de negarse, se metieron con él, y tenía el valor de poder contestar como quisiera a aquellos irrespetuosos, se sentía capaz de todo, con una confianza en si mismo insuperable y eso le gustaba.
Luis había cambiado, su forma de ser era completamente diferente, se sentía muchísimo mejor consigo mismo y no llegaba tan cansado a casa, pero ésto le duró apenas una semana y media: El duodécimo día de su gran vida, echo su ropa de trabajo a lavar juntamente con sus botas y, como es normal, miró primero en los bolsillos de el mono azul marino y le quitó los cordones a las botas. De una de ellas, cayeron unos trozos de algodón, que habían estado ocultos en la punta del zapato, bajo la lengüeta de éste, dejando a Luís como una estatua de piedra. Todo aquello de ser un gigante, de sentirse capaz de todo, todo aquel sentimiento que mejoraba su persona, todo... le había desaparecido en tan solo unos segundos. Era una simple hormiga observada por toda aquella gente a la que había toreado, le habían tomado el pelo una vez más, se sentía inútil.
El día siguiente, Luis volvió a su trabajo, hecho hormiga, no tuvo el valor ni de hablar, estaba avergonzado por haber pensado aquello que, desde su punto de vista, era erróneo.
Moraleja: sáquenla ustedes mismos.
