UN DIA EN LA VIDA DE CRISTÓBAL CASTILLEJO

Un día, tan solo abrir los ojos de buena mañana, miré el lado derecho de mi cama, y no estaba, ella no estaba.

Pasando unos momentos muy duros y recordando todos esos bellos momentos vividos, ella me había dejado solo, sin nada, porque ella era la razón por la cual yo vivía, y aún no se cómo sigo con vida.

Noches antes, le había estado recitando mi obra, bajo la luz de la luna, diciéndole como era su bello rostro de la manera en que Ana para mí era como la brisa.

Eres como la suave brisa

que levemente deja su huella,

me iluminas con solo una sonrisa

dejando siempre un amor con brisa.

Difuminada pasas al tocar el alba

Y das vida lo que tocas con tus dedos,

aire fresco que derrochas con tu alma

para decir algunos te quiero.

Esos eran mis versos que le recité aquella noche. Ella, con los ojos entre lágrimas se adelantó sobre mí, pasando sus preciosos brazos por detrás de mi cuello diciéndome con un suave susurro un Te Quiero.

A la mañana siguiente, después de haber pasado una noche estupenda, abrazado junto a ella, nos fuimos a dar un paseo por el campo, los dos cogidos de la mano, mientra yo pensaba en lo tanto que la quería.

De repente empecé a notar algo en su mirada, como por ejemplo que cuando la miraba, me apartaba de inmediato su mirada, no lo entendía , pero me dijo que no pasaba nada y así pasaron algunos días y ella seguía del mismo modo.

Un día por la tarde me fui a mi habitación y me aposenté en mi cama para pensar un poco sobre ella, yo realmente la quería y mucho. No podría soportar dejarla marchar, pero luego sucedió, que a la mañana siguiente al despertarme me ví una nota. Con tan solo verla se me paró el corazón.

Me acosté hacia ella y si era lo que me esperaba, un rotundo adiós por su parte, realmente no volvería a verla nunca más, y bajo de todo ponía , Ana de Schaumburg.Mis lágrimas se derramaron por el papel, pero tenia que aceptar la realidad , ella ya no estaba con todo mi pesar tenia que olvidarla.