divendres, 20 de gener del 2012

Recuerdos de Botticelli.

Empezaba otro día en Florencia, mi ciudad, dónde había disfrutado de mi infancia, de mis buenos momentos, de mi adolescencia tan dura, y ahora, de mi gran y perfecta vida junto a ella, mi preciosa Smeralda.

Decidí que no me iba a complicar, total, solo estábamos en 1483, que me podía ocurrir? Me decidí y me lancé, lo hice, empecé a pintar mi nuevo lienzo, uno más para mi colección y para la de mi amo, el cual se llevaría la copia original. Pero debía de ser diferente, especial, y sobretodo innovador. “Tengo que sorprender a la gente, pero no puedo levantar sospechas, quien se entere mandará mi muerte y aunque dios no quiera permitirlo, sé que moriré”, pensó Botticelli.

Tuve la idea, lo ví enseguida, sabía algo sobre la historia, y me vino a la mente ella: Venus, diosa del amor. Nacida de forma impura y maligna, de manos de su odioso hermano que cortó a su padre los testículos. Lo tenía todo listo, tenia pinturas, el lienzo, la historia, la idea, pero necesitaba inspiración, así que lo ví ahora más claro que antes, mi querida Smeralda sería mi inspiración y con la ayuda de mi Dios que me quería y me apreciaba tanto sabía que lo sacaría adelante sin ningún problema.

Y como no pudo ser menos, así fue, pinté una obra maestra, me costó muchísimo, pero al ser tanperfecto requería eso y más. Ahora empezaba lo complicado, más aún que mi gran obra, el transporte hasta la casa de mi amo, cosa que nadie tenía que saber y que de hecho se complicó bastante, porque para crear la tapadera tenía que salir un tercer nombre: Lorenzo di Pierfrancesco de Médici, al cual se le había atribuido la tarea de hacer creer que él era el interesado, pero claro, por esos tiempos, nada podía ser secreto, así que nos descubrieron.

Yo tenía muchísimo miedo, temía que nos cogieran, porque si lo hacían significaba mi muerte, no ver a mi amada, mi bonita y preciosa Smeralda, perder todo cuanto tengo y perder la fortuna que me disponía a ganar, y no lo pensé, cojí a mi amada, mi cuadro, me despedí y marché hacia tierras lejanas junto a ella.

Mientras marchábamos, a nuestro paso y con gran tranquilidad nos aparecieron unos policías. Creí, o tal vez quise pensar que sólo nos paró para revisar si todo estaba correcto, y en efecto fue así hasta que, uno de los varios que había me reconoció. Iba cargado, sabía que era inútil correr, pero lo hice, dejando atrás a mi amada y centrándome en mi vida y mi obra. Entonces oí gritar a Smeralda, y para cuando me di la vuelta, ya estaba muerta.

No lo pude evitar, volví donde mi amada yacía, me acerqué, grité a todos los policías para que se apartaran de ella, entonces unos versos salieron de mi boca, desestimando cualquier presencia y queriendo así, devolverle la vida:

Ella, mi fiel compañera,

amada mía, mi gran amor,

día tras día contigo estuviera,

entregándote mi corazón.

Tu que me quemas por dentro,

y mi Dios que me da sustento,

ayúdame para vivir,

dame tu querido aliento.

Mi querido amor, no te vayas,

Siempre seguiré tus pasos,

Por todas las montañas.

querida mía, que siempre

ahí estuviste ahora

me haces sentir triste.

Diciendo estas palabras, pidió una daga, y sin pensarlo, se suicidó, quedanso su cuerpo y el de su querida tendidos en el suelo rodeados de sangre.

5 comentaris:

  1. Me ha sorprendido bastante, no me esperaba que la história estuviese tan bien! Me ha gustado mucho, es interesante y entretenida. Felicidades!

    ResponElimina
  2. Me ha gustado tu história, es sencilla pero agradable de leer y bastante entretenida. El poema es muy bonito, aunque el final es demasiado corto y poco desarrollado.

    ResponElimina
  3. Me ha gustado mucho esta história, me ha resultado agradable al leerla. ¡Enhorabuena!

    ResponElimina
  4. Me gusta también tu HISTORIA (sin tilde, como escriben los de arriba). Es muy interesante el momento en el que describes cómo va a pintarse ese "Nacimiento de Venus"

    ResponElimina