Cuando se
juega sin responsabilidad
Galicia cuenta con 3.846 máquinas de apuestas deportivas,
mientras las entidades alertan de los trastornos
La accesibilidad y la publicidad de las casas de apuestas,
claves para entender las ludopatías juveniles
https://www.abc.es/espana/galicia/abci-cuando-juega-sin-responsabilidad-201812101034_noticia.html
Ocho de la tarde de un domingo. La radio retransmite el
principal partido de la jornada liguera. Es el programa de máxima audiencia.
Las voces son conocidas, familiares. En el descanso del encuentro, una de esas
voces promociona una
casa de apuestas, informa de las cuotas del partido y del abanico de
posibilidades que se le ofrece a los apostantes: quién marcará primero, quién
será el máximo anotador o cuál la diferencia de goles. La cuña se repite de
modo incesante durante el programa. En todas ellas el locutor finaliza con la
misma consigna: «Juega con responsabilidad». Lo mismo sucede en un conocido
portal web o en los perfiles de las redes sociales. El futbolista del momento,
un actor o un popular periodista ponen rostro a centelleantes banner de
publicidad en los que se anuncian suculentos bonos de hasta 250 euros para los
nuevos usuarios. Hagan juego, vienen a decir, como en las viejas películas de
casino. La propaganda permeabiliza entre los más jóvenes, los más
adaptados al bum tecnológico y al mismo tiempo los más vulnerables a los
excesos del juego. Algunos caen. Cada vez son más.
«Llevamos un mes que no damos abasto», denuncia
Gerardo Rodríguez, secretario de la Asociación Gallega de Ludópatas
Rehabilitados (Agalure). Por sus consultas entrarán este mes «quince o
dieciséis» personas «pidiendo ayuda» para vencer su adicción al juego en
general. Habitualmente son jóvenes de entre 18 y 30 años, «la mayor parte sin
cargas», que deciden ponerse en manos de especialistas porque sus familias,
alarmadas, detectan «un gasto económico exagerado». «Cada caso es un mundo»,
apunta. Un pufo de 500 euros en un adolescente «es dinero», aunque otros llegan
con deudas de 20.000 o 30.000 euros. Y de ahí para arriba. Como ejemplo,
Rodríguez aporta un dato: la deuda acumulada por los atendidos en Agalure
superó el pasado 31 de octubre el cómputo total de todo el año 2017.
Las asociaciones, los expertos y las administraciones hace
tiempo que vienen dando voces de alarma. En Galicia existen 3.846 máquinas
de apuestas. Las cifras, actualizadas por la Consellería de Vicepresidencia
a fecha del pasado viernes, arrojan además la capilaridad con que este tipo de
dispositivos se hallan en espacios cotidianos. La mayoría se encuentran
operativas en bares o establecimientos de hostelería (3.186), a mucha distancia
de las instaladas en salones (429) o tiendas de apuestas (231).
Entre los adictos, las historias se solapan. La mayoría
sigue un patrón similar. «Todos hemos empezando echándole una moneda,
haciendo una puesta de poco importe, normalmente con los colegas. Rara vez
se empieza solo. Luego hay una tolerancia y empiezas a jugar por tu cuenta. Lo
que suele suceder es que con una apuesta relativamente baja sacas una pasta. Y
piensas: si con esto gano, es un chollo», explica Rodríguez, en una primera
persona que no es casualidad. Como parte de la terapia, cuenta su experiencia
personal a los jóvenes para «crear empatía», como que empezó a jugar con 15
años y acabó «en la calle sin trabajo». «Me veía viviendo debajo de un puente.
Todos los círculos sociales se van al garete y los cambios de carácter son muy
fuertes».
La puerta abierta
Los expertos llevan tiempo indagando en estos patrones de
conducta. Uno de ellos es Antonio Rial Boubeta, profesor de Psicología de la
USC, que critican la «paradoja» entre la preocupación de las autoridades
públicas por la ludopatía en los jóvenes y la falta de información disponible.
En la última macroencuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en
España (Estudes), por ejemplo, se cita que el 6,4% de los alumnos jugó
dinero online y que el 13,6% lo hizo en apuestas presenciales. Rial
menciona también a otra de las referencias académicas en la especialidad, Mark
Griffiths, de la Universidad de Nottingham. En una de sus investigaciones,
Griffiths señala que el posibilidad de que un adulto desarrolle una ludopatía
es hasta cuatro veces mayor probaron el juego a edades tempranas. «En seis o
siete años tendremos las consultas de salud mental colapsadas».
Uno de los enfoques preferidos por los especialistas para
estudiar la ludopatía es el método ECO, acrónimo de
Expectativa-Coste-Oportunidad. Es el punto de partida para comprender por qué
los chavales que apuestan «tienen la creencia fundada de que se gana dinero»
–expectativa—, entran en las casas con el gancho de los bonos regalo –coste— y
acceden con suma facilidad a las webs a través de Internet o en los locales
–oportunidad—. «Es más fácil dejarse 20 euros en apuestas en un bar que sacar
un caja de tabaco», insiste Rial. Otras prospecciones elaboradas por él y por
el grupo de Psicología Comercial de la USC indican que ocho de cada diez
jóvenes apostadores son varones —pese a que «ya se empiezan a meter las
chicas»— y que la primera apuesta puede llegar con «doce o trece años». En
conjunto, Galicia podría contar una población de riesgo de 10.000
jóvenes potencialmente capaces «de desarrollar una patología».
Para ilustrar esta facilidad de acceso, hemos hecho la
prueba. Nos hemos registrado en una popular casa
de apuestas de Internet. Solo necesitamos cumplimentar una serie de
datos personales en un formulario, entre ellos el DNI, y accedemos al último
paso del procedimiento, donde se nos da la posibilidad de eliminar uno de los
mecanismos existentes por defecto para combatir el juego compulsivo: el límite
de ingreso de 3.000 euros al mes, 1.500 a la semana y 600 al día. El techo no
es una excepción. Las empresas incluyen en sus webs test de
autoevaluación para calibrar los niveles de dependencia o dan la posibilidad de
cerrar voluntariamente las cuentas durante un tiempo. Hasta
indefinidamente.
¿Cómo se combate?
La primera consigna para prevenir y luchar contra esta
particular ludopatía es actuar en todos los frentes, empezando por el familiar.
Una de las primeras medidas pasa por controlar el acceso a la Red de
los menores: está demostrado que la tasa de apostantes online se multiplica
hasta tres veces en adolescentes que usan el móvil a partir de las doce de la
noche. «El margen de maniobra que tenemos es mayor de lo que pensamos cuando
los padres se preocupan por aconsejar y enseñar en el uso responsable de
Internet», reflexiona el profesor de la USC.
«Falta conocimiento generacional sobre lo que implican las
nuevas tecnologías», confirma Gerardo Flórez, responsable de la Unidad de
Conductas Adictivas (UCA) delComplexo Hospitalario de Ourense. En el ámbito
sanitario hay igualmente margen de merjora. Flórez lamenta que los sanitarios
suelen ser, por su posición, «los últimos que se enteran» de los cambios que se
están incubando en la sociedad, y lamenta que buena parte de los
dispositivos de atención «están diseñados para pacientes adultos». Por
ello, cree que sería necesaria la creación «de dispositivos específicos» para
el público joven.
En el Sergas, el tratamiento se aplica ataca el plano
«motivacional» y el «conductual». El año pasado, un total de 240
personas fueron atendidas en la sanidad por juego patológico, según las cifras
aportadas por la Consellería de Sanidade, En asociaciones como Agalure lo
primero que se hace es concertar una cita de información, donde se les pone en
contexto y se les pone en contacto con personas rehabilitadas;a continuación,
se fija una cita de diagnóstico con un profesional. En caso de que los
indicadores reflejen un trastorno, la entidad deja a elección del paciente
hacer terapia en el centro, acudir a una de las 21 UCA disponibles en Galicia o
bien contratar un psicólogo privado.
Por último, falta actuar en el plano legal. Existe cierto
consenso acerca de la necesidad de ser más restrictivivos con el acceso de los
menores a las apuestas. La Xunta viene trabajando con todos los agentes
del sector en una nueva ley del juego que combine estas demandas con
la actividad del sector, siempre bajo la premisa del juego responsable. En
2017, la administración autonómica ingresó 53,9 millones en concepto de tasas
de juego, de acuerdo con el informe de ese año de la Axencia Tributaria de
Galicia. El Gobierno, por su parte, trabaja en un decretopara limitar la
publicidad y las promociones de las casas de apuestas, mientras que en algunos
ayuntamientos se han promovido iniciativas para reclamar la prohibición de
estos establecimientos en el entorno de los centros escolares.
El propósito es ensanchar la frontera entre el ocio y la
dependencia. Traspasada ésta, llegan problemas que no tienen salida fácil.
Gerardo Rodríguez lo advierte. «Si uno pone de su parte y se deja llevar,
sale. Pero te tienes que dejar ayudar. Si no, estamos perdiendo el tiempo todos».
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